miércoles, 13 de mayo de 2009

UNA ESCUELA: UN PROYECTO Y SU ENTORNO

NOTA DEL SITIO: SEMANARIO BAMBA EDUCACIÓN

Ricardo Bernabé Fernández
A fuerza de voluntad



En medio de «idas y vueltas» con las crisis económicas y sociales, la escuela continúa colocando sus expectativas y ganas de trabajar en los niños que día a día la construyen. Sin embargo, no está ajena a las problemáticas y necesidades de Villa Independencia y también se considera como una escuela «olvidada» por las autoridades municipales.



Empezó a funcionar en una pequeña casa del barrio en 1935. Luego, con el paso del tiempo, un vecino de de la zona donó la vivienda de calle Las Margaritas -donde actualmente se encuentra-, y varios años después se comenzó a ampliar el edificio y a realizar más aulas. En este momento cuentan con 550 alumnos, y su equipo docente destaca la solidaridad y fuerza de voluntad del grupo de la cooperadora.


Como otras tantas, la escuela Bernabé Fernández señala la unión y estrecha relación que la liga a su propia comunidad. El barrio de Villa Independencia, con clásicas construcciones de los primeros años de formación de «La villa de don Carlos Paz», se constituye como un ingrediente fundamental en la formación e integración del establecimiento. De esta manera, se siente parte de las mismas problemáticas y evidencia una importante cuota de participación social y activa en las temáticas del vecindario.


Desde las problemáticas con la Avenida Cárcano, hasta los conflictos con el tránsito en las calles internas y el descuidado de las autoridades municipales, la institución Ricardo Bernabé Fernández se siente, al igual que muchos, un tanto «olvidada».



Proyecto institucional


Hace cinco años que implementan novedades; en cada ciclo escolar modifican aspectos del proyecto, le agregan lo que consideran necesario para atraer a los niños y se consolide como un camino de aprendizaje. El arte como manifestación de los sentidos es, en esta oportunidad, el eje alrededor del cual gira la propia currícula y los contenidos académicos que en absoluto son apartados.Inicialmente el «Arte en la escuela» surgió con inquietudes de los niños.



Se trabaja en las aulas junto a los docentes; se realizan talleres para capacitar a maestros, y a fin de año se llevan a cabo las jornadas de arte. Son dos días donde los niños eligen qué actividades hacer, pueden vivenciar diferentes expresiones artísticas tales como el teatro, yoga, danza, títeres, plástica, dibujo, bailes o cerámica. Los padres, por su parte, asisten para ver cuál es el desarrollo de su hijo y los logros obtenidos.En diálogo con «Semanario Bamba», María del Carmen Verdoia, directora del establecimiento manifestó: «Nosotros continuamos con el hermoso proyecto que hemos denominado el `Arte en la escuela´ y con una gran satisfacción y orgullo porque lo hemos presentando en la Ciudad Universitaria, para toda la provincia de Córdoba dentro del marco de las innovaciones educativas y fue elegido como uno de los proyectos de las nuevas prácticas de enseñanza en las escuelas primarias de toda la provincia.



Hicimos un Power Point y mostramos el trabajo de los chicos durante el año», destacó.En este marco, todos los meses organizan un espectáculo artístico para que ellos disfruten y aprecien; es más, hace algunos días los visitó un grupo de mimos. Al realizar proyectos como estos, donde los sentimientos, la utilización de los sentidos y la expresión corporal son los principales caracteres, hay cambios que inevitablemente se producen en los niños: se muestran más tranquilos y adquieren una serenidad propia de esos momentos artísticos.


«Hemos podido sumar más sensibilidad y restar agresión, porque lo artístico es expresar lo que uno siente y no responder a un cuestionario, entonces a los mismos chicos les nacen los sentimientos y los demuestran», comenta.En otro orden, la institución se solventa económicamente gracias al aporte financiero y la dedicación de la cooperadora de padres que funciona desde siempre, y colabora con el establecimiento con todo lo necesario. Al respecto, Verdoia comentó que «se compraron ocho nuevas computadoras, aunque necesitaríamos por lo menos diez más, pero al menos los alumnos pueden trabajar».Cabe destacar que los monitores son de 1995, y requieren algunas máquinas más ya que trabajan en grupos de varios niños en cada una de ellas.


Una crisis que afecta la educación


Con respecto a la actual situación, manifestó: «La veo muy complicada porque, en realidad, quien está en crisis hoy es la familia. Nosotros en la escuela recibimos los problemas que no se pueden solucionar en el hogar, debido a la crisis económica, la necesidad de los padres de trabajar afuera y niños que se crían prácticamente solos. Estamos muy sorprendidos por la cantidad de chicos que tenemos en PAICOR, esta escuela nunca necesitó más de 50 ó 60 partidas y hoy llevamos casi 150, de un total de 550 alumnos».Y agrega: «Indudablemente, hay una crisis económica y social; por eso, creemos que el arte los sensibiliza más, los hace más compañeros y ven las cosas desde un punto de vista más agradable».



En cuanto a la relación que mantienen con los padres y a las problemáticas que se trasladan desde el ámbito familiar, la docente afirmó: «Tenemos una muy buena comunicación con ellos, aquí se plantean problemas familiares, aunque nosotros no estemos preparados para brindar soluciones. Al menos, les prestamos nuestros oídos, los escuchamos, opinamos como madres, siempre desde lo humano. Las mamás nos buscan mucho, nos piden consejos para saber cómo llegar a sus propios hijos».Hay otras problemáticas que trascienden estos ámbitos e influyen por el tipo de ciudad turística que tenemos. En tanto, hay una población de niños y jóvenes que arriba a la villa antes de culminar cada año y se retira durante estos meses. El denominado «movimiento golondrina», aquí también existe.


Al respecto, la Directora advirtió: «Aquí es muy poca la repitencia y el abandono; sin embargo, hay un movimiento de niños que ingresan y egresan que es constante, debido a que sus padres vienen a la ciudad a probar suerte durante la temporada, y en esta época se vuelven a sus lugares de origen. También hay casos a la inversa; pero desde las escuelas de Carlos Paz lo que hacemos es llamar a otras provincias y consultar si el niño continúa con sus estudios».



Las necesidades y demandas son variadas; no obstante, a las claras, la institución requiere ayuda para mejorar la calidad del patio de tierra donde realizan actividades deportivas. Al respecto, Verdoia señala: «El patio está lleno de piedras, renegamos todos los días y en cada clase de Educación Física. En otras oportunidades han venido los papás a ayudarnos y a emparejar el predio; sin embargo, en los últimos tiempos ni la Municipalidad ni los padres, debido a sus trabajos, han podido venir».


Cruces peligrosos


Hay un agente policial que circula por aquí casi todos los días y ayuda en los horarios de salida; sin embargo, es un solo agente para los barrios de Villa Independencia y Sol y Río; encima cumple su función caminando porque no cuenta con vehículo. Así, cuando no ocurre otra cosa puede dirigirse hacia la escuela y colaborar; pero si tiene que cumplir con sus tareas por robos o accidentes, entonces nadie controla. A pesar del esfuerzo de docentes, padres y toda la comunidad educativa, es evidente que el cruce en Las Verbenas y Cárcano implica un peligro inimaginable para autoridades, y los automovilistas que no respetan las normas viales. «Somos la última escuela de la ciudad y, además, también la última de la que se acuerdan; así es como se siente», añade.


El semáforo ya está colocado; igualmente, para Verdoia no es solución ya que los niños son distraídos y no todos los automovilistas respetan las señales de tránsito. Ese cruce en la Avenida Cárcano es muy peligroso y nos gustaría que hubiese un inspector del ´Operativo Blanco´», declara. Aun cuando mantienen una relación muy estrecha con la comunidad del barrio, se estima que es un grupo de jóvenes el que, tras un fin de semana o varios días de ausencia, se encarga de romper los vidrios de las ventanas en la parte trasera. En este sentido, María del Carmen, manifestó que «los vecinos vigilan de día la escuela pero, al parecer, este grupo se dedica a dañar. Eso significa un gasto que podríamos evitar porque es la cooperadora la que tiene que abonar los cambios de vidrios».


Una escuela inmersa en el barrio


Los conflictos que atañen a Villa Independencia no le son ajenos a la escuela y muchos de ellos la afectan directamente. Así niños, docentes y padres deben tolerar calles en pésimo estado, complicaciones al transitar y el peligro de los cruce en la denominada «autopista». Han sido numerosos e incontables las notificaciones, pedidos, cartas y demás solicitudes que desde el centro vecinal y la institución han enviado al Departamento Ejecutivo, a los fines de recabar información y respuestas sobre un problema que sigue suscitándose en la ciudad.«La Cárcano está muy linda pero los semáforos no son la solución, las calles internas están destrozadas y creemos que no todos respetan las normas de seguridad vial. Ni siquiera hemos visto una máquina para arreglar las calles, en la parte sur de la villa estamos totalmente descuidados», añade.En otro orden, hay que destacar que la Provincia cede el uso de las instalaciones del establecimiento, ya que los profesores de Educación Física de la Municipalidad dan sus clases en carácter gratuito a los niños del barrio, concurran o no a esta escuela. «Sin embargo, el municipio jamás nos ayudó con nada, le pedimos colaboración para sacar las piedras de nuestro patio de la cancha de fútbol y no hemos recibido respuestas. También nos han cedido un predio para que lo usemos para hacer gimnasia, pero si no nos ayudan con el desmonte, la limpieza del sector y el emparejamiento del suelo, no podremos usarlo», finalizó.

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